Disculpá
que así te vomite todas estas palabras e ideas que andan dando vueltas en mi
cabeza, ya ni sé desde cuándo. Perdí la cuenta, como otras cosas que fui perdiendo
con el tiempo. Lamentablemente, así como perdí algunas gané otras, pero que no son para felicitarme. Pero eso no es lo que me convoca.
No
fue atracción a primera vista. Fue una observación pasiva y permanente la
que me acercó a vos. Creo que por eso es tan difícil sacarte de ese lugar que
ocupas. Perdoname que te llene de estas cuestiones pero no quiero que pase más tiempo sin que sepas lo que siento.
Trate
de muchas formas de que no percibieras lo que me pasaba. Si, el miedo al rechazo es muy grande y no podría soportar tu
lástima. Tampoco podría soportar el tiempo sin verte.
Sólo
un indicio esperaba. Quizás no lo supe ver. Siempre tratando de averiguar tu
situación, suspirando por ojo detrás de la lente y ni hablar de los sonidos de tu creación.
Tengo algunas debilidades y creo que todas confluyen en vos.
Todo esto, simplemente para decirte adiós.
Para seguir. Porque mi cobardía no me permitió avanzar y ahora estoy pensando
en situaciones que podrían haber sido, que podrían haber pasado, que nos
podríamos haber disfrutado. Podría, poder. Pero no.
Me
cansé de ilusionarme y desilusionarme sola, sin mayor esfuerzo que el de
imaginar. Confabular. Fabular. Crear. Todos verbos que serían grandes amigos
pero si me permitieran pasar a lo real.
Siempre en mi sueño me gustaba pensar que compartiría mis espacios y mis tiempos con vos.
Me gustaba pensar en nuestra compatibilidad. Me gusta pensar demasiado. Ese es
el problema. Justamente tratando de dejar de lado este pensar, me despido.
Quiero que se sepas que te quise, en un modo especial y en una forma
particular. Yo estaré acá. Pero voy a seguir. Trataré que me importe poco en
que caíste vos. Trataré, por mi parte, de caer en tierra fértil y florecer.
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