Uno, dos... los volví a contar, y seguían siendo dos. Que obtusa e inoportuna es la matemática, porque estoy segura que si vuelvo y me decido a contar tus ojos van a seguir siendo dos. A ellos sólo puedo sumar ese hormigueo que corre por cada una de mis pequeñas células cuando siento que están sobre mí.
Restan cuando los veo fijos en lugares distantes a mi mirada, y siento que poco a poco se van alejando de mi realidad. Hace tan poco añoré, soñé y creí (palabras tan lejanas a la matemática) se podrían cruzar en este destino que no se cansa de sorprenderme.
Dividen, claro, porque marcar una clara distinción y el resto de los mortales.
Multiplican... mis deseos, sensaciones, miedos, tristezas.
Si conocerte fuera tan sencillo como la matemática... o es que ambas cosas son complicadas?
2 comentarios:
Muy lindo lady sol.
el primerisimo misterio.
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