Te observo a la distancia y me intriga lo que se esconde tras esa espalda. No se si me llamó la atención tu pelo desprolijo o tu zapatilla de lona roja que desde este rincón puedo divisar.
Amenizo mi espera imaginándote. Odontólogo? Traumatólogo? Dermatólogo? Clínico? Voy a contarte tu historia. Espero la disfrutes:
Tu nombre es Rafael. Tu espera es traumatológica. Es por esa lesión. Hace tiempo se resintió. Fue un golpe seco y certero. Esos que dejan marca por largo tiempo. De hecho, el dolor aún persiste. Es normal que luego de un fin de semana eso se resienta. El viernes por la noche te saludó con su frialdad y en aquella fiesta luego de cierto tiempo la inflamación se incrementó. Esto estaba por empeorar. El sábado saliste con una amiga de un amigo, en esos encuentros que no podes negar pero de las que quisieras huir. Sin saberlo, la herida se abrió de la cual rolaron 4 o 5 gotas que te dejaron en evidencia. Nadie te había avisado de esta contraindicación… a pesar de haber seguido todas las recetas al pie de la letra, el dolor no dio tregua.
Por eso tu amigo no lo dudo ni un segundo más y te trajo hasta acá, donde nos encontramos. Espero tu médico te llame así este bautismo pasa a ser sólo un buen recuerdo. No tengo suerte, mi turno es primero. No te rías de mi nombre. Chau zapatilla, que tu mal no deje estrías en tu piel.
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1 comentario:
Me encantó. Más de una vez me he puesto también a inventarle la vida a l gente que pasa por la calle.
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