Hey dude
Día lluvioso. Pero ya la lluvia se había llevado mucha de la tristeza a mi alrededor. En realidad, no se si fue el agua del cielo o el feriado nacional. Igual yo aproveche el suelo húmedo y empecé a caminar, por no decir huir de la facultad. Tras una charla amena con una compañera, elegí la compañía de una buena música para seguir mojando las botamangas de mis pantalones.
Estación Pasteur. Línea B… y yo me alejo más del cielo, diría Luca. Tras esperar unos minutos en el calor húmedo de la estación llega el esperado tren. Subo y busco un pasamanos al cual aferrarme, como uno se aferra a las cábalas antes de rendir un examen. Sin embargo al lado de la puerta te vi. Claro, cómo siempre no se si me notaste. Pero yo sí por eso cuando se desocupó ese asiento no me senté, preferí poder espiarte desde donde estaba.
Pude estudiarte bastante bien, ojos claros: celestes cómo siempre me llaman la atención y me transmiten una sensación de paz, quizás como ver el mar. Pelo por los hombros, poco por cierto, pero desalineado cómo a mi me gusta. Unas clásicas de lona en los pies, jean gastado, riñonera de La Renga y como toque final unos lindos collares de macramé.
Te ví que ojeabas el diario Barcelona de tu vecino… igual que hice yo cuando lo tuve al lado.
Es muy evidente si no me siento en el asiento frente a mí que se desocupó, así que aprovecho la comodidad generada en tal instante… pero el destino me jugó una a favor y se desocupó el asiento frente a mí. Ja! Sí, por suerte optaste por sentarte. Te pusiste a jugar con tu celular, quizás enviar un mensaje. Pero ya llegando al final te levantaste con rapidez y te fuiste. Antes de que parara el subte ya te había perdido de vista. Para ser sincera me preocupé. Son en estos momentos cuando agradezco tener piernas largas, así puede acelerar el paso. Yo sé que el semáforo de la esquina había hablado por teléfono con el destino para que te volviera a ver. Me quedabas bien parado al lado. Doblaste por la cortada… y yo voy por la paralela a esa… te volvería a cruzar?
No, se ve que el destino ya me había dado demasiado… a pesar de mirar en cada cruce, en cada esquina para mi izquierda ya no te ví.
Quizás el martes próximo nos volvamos a ver.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
"La esperanza es lo último que se pierde" amiga! Hay que estar atenta, porque se te puede cruzar el amor en cualquier esquina...
Publicar un comentario